En 1938, el icónico pianista y compositor Jelly Roll Morton protagonizó una
de las series de grabaciones más importantes de la historia del jazz. Estas
sesiones, realizadas en la Biblioteca del Congreso bajo la dirección del
folklorista Alan Lomax, no solo capturaron la música de Morton, sino también su
narración oral sobre los primeros días del jazz. Entre las piezas grabadas
destacó “I’m Alabama Bound”, una obra que combina tradición y
creatividad, consolidándose como un ejemplo vivo del género en su fase
embrionaria.

Las grabaciones de Jelly Roll Morton para la Biblioteca del Congreso se
llevaron a cabo entre mayo y diciembre de 1938, en Washington, D.C. Morton,
entonces en una etapa difícil de su carrera, aceptó la invitación de Lomax para
registrar su música y relatos sobre el nacimiento del jazz en Nueva Orleans. A
través de estos registros, Morton no solo interpretó muchas de sus
composiciones y adaptaciones, sino que también ofreció un testimonio invaluable
sobre la evolución del jazz y su papel como pionero del género.

Morton habló con orgullo de su contribución al desarrollo del jazz,
asegurando que él había “inventado” este estilo. Aunque tal
afirmación ha sido objeto de debate, pocos discuten que su influencia y talento
fueron cruciales para definir la estructura y el carácter del jazz temprano.
“I’m Alabama Bound” es una pieza clave para entender cómo Morton tomó
formas preexistentes como el ragtime y las transformó en algo completamente
nuevo.

La canción “I’m Alabama Bound” tiene sus raíces en un tema
popular del mismo nombre que circuló en las primeras décadas del siglo XX,
dentro de la tradición del ragtime. Morton hizo suya la melodía,
enriqueciéndola con elementos de blues, improvisación y un ritmo sincopado
característico que ya anticipaba la evolución hacia el jazz.

 

En su versión grabada para la Biblioteca del Congreso, Morton despliega su
virtuosismo al piano, mostrando cómo las manos de un maestro pueden transformar
una estructura básica en una obra llena de vida. Su ejecución fluida y
expresiva demuestra cómo lograba entrelazar composición e improvisación con una
naturalidad que sigue siendo admirada hoy.

La letra de “I’m Alabama Bound” refleja los temas de migración y
nostalgia que eran comunes en las canciones de la época. Con referencias al Sur
de los Estados Unidos, la canción evoca un sentido de pertenencia y al mismo
tiempo de desplazamiento, emociones que resonaban profundamente entre la
comunidad afroamericana en las primeras décadas del siglo XX.

Para Morton, el Sur era más que un lugar; era la cuna del jazz. En las
entrevistas con Lomax, habló extensamente sobre cómo la cultura de Nueva
Orleans, con su mezcla de influencias africanas, caribeñas y europeas, había
dado forma a su música. “I’m Alabama Bound” encapsula esa mezcla,
siendo tanto un homenaje a sus raíces como una declaración de su visión
artística.

 Las sesiones de 1938 no solo documentaron la obra de Jelly Roll Morton;
también sirvieron como un archivo oral de los primeros días del jazz. Morton
relató cómo el jazz había evolucionado desde las danzas criollas, el tinte hispánico
y las tradiciones del blues, y cómo él había incorporado elementos de ambas
para crear un estilo que denominó “jazz verdadero.”

Estas grabaciones se consideran un tesoro histórico, pues ofrecen una
ventana al mundo de la música antes de su comercialización masiva. Más allá de
la interpretación musical, las historias de Morton sobre los locales nocturnos
de Nueva Orleans, las rivalidades entre músicos y la vida cotidiana de los
primeros jazzistas proporcionan un contexto rico y humano al surgimiento del
género.

Hoy, las grabaciones de Jelly Roll Morton en la Biblioteca del Congreso
están disponibles en varias ediciones, y “I’m Alabama Bound” sigue
siendo una de las interpretaciones más estudiadas y disfrutadas por los amantes
del jazz. Representa no solo el talento de Morton, sino también el espíritu
creativo y resiliente que define al jazz.

“I’m Alabama Bound” es más que una canción; es un puente entre el
pasado y el presente del jazz. A través de su interpretación, Jelly Roll Morton
dejó un testimonio musical y cultural que sigue inspirando y educando. Las
grabaciones de la Biblioteca del Congreso nos recuerdan que el jazz no es solo
música, sino también historia, identidad y expresión humana en su forma más
pura.

Por Marcelo Bettoni


 

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