El período comprendido entre el retiro de Buddy Bolden (ca. 1906) y la primera grabación de la Original Dixieland Jass Band (ODJB) en 1917 constituye una etapa crucial en la consolidación del jazz como lenguaje musical autónomo. La ausencia de registros sonoros directos de este lapso obliga a los investigadores a recurrir a fuentes indirectas: testimonios orales recopilados por William Russell y Alan Lomax, fotografías de formaciones, partituras publicadas y grabaciones posteriores de músicos formados en ese entorno (Gioia, 2011; Gushee, 2005).

El núcleo melódico del jazz de Nueva Orleans, conocido como front line, estaba integrado por corneta (o trompeta), clarinete y trombón. Cada uno cumplía un rol definido dentro de la textura polifónica improvisada:

Corneta/Trompeta: portadora de la melodía principal, con variaciones rítmicas y melódicas que incluían syncopation, anticipaciones, retardos y uso de blue notes (III y VII rebajadas). Bolden, Oliver y Keppard destacaron por su articulación potente y su vibrato expresivo (Raeburn, 2011).

Clarinete: voz superior que desarrollaba contramelodías rápidas, empleando escalas diatónicas, cromatismos y arpegios para rellenar el espacio entre frases de la corneta (Gushee, 2005).

Trombón: función de soporte armónico y contramelódico en registro grave, caracterizado por glissandi y portamenti propios del tailgate trombone (Charters, 1984).

La sección rítmica provenía de la tradición de las bandas de desfile y de conjuntos criollos de cuerda, incorporando banjo o guitarra, contrabajo o tuba, batería y, más tarde, piano. El patrón rítmico dominante era el two-beat bass, alternando fundamental y quinta, sobre el cual se apoyaba el pulso constante en cuatro tiempos (Gioia, 2011).

El rasgo estructural más distintivo era la improvisación colectiva polifónica, con cada instrumento ocupando un registro y un espacio rítmico específico: clarinete arriba y rápido, corneta en registro medio con fraseo equilibrado, y trombón abajo con notas largas y deslizamientos. La estructura formal predominante era la del ragtime multiseccional (AABBACCDD), con modulaciones y cambios de textura en el trío (Gushee, 2005).

Aunque el blues de 12 compases se incorporaba también , solía adaptarse a esta lógica formal. Ejemplos como Dead Man Blues de Jelly Roll Morton (grabado en 1926) muestran cómo un esquema de blues puede coexistir con una forma más amplia heredada del ragtime (Charters, 1984).

La asociación del jazz temprano con el distrito de Storyville —establecido en 1897 y clausurado en 1917— es en parte un mito historiográfico. Si bien algunos músicos actuaban en cabarets dentro de la zona, la mayoría trabajaba en parques, barcos fluviales, desfiles y salones de baile (Gioia, 2011). Storyville sí ofreció un espacio de relativa libertad artística, donde recursos expresivos como las sordinas Harmon o los efectos vocales en metales, popularizados por King Oliver, pudieron desarrollarse sin la censura de las élites blancas (Raeburn, 2011).

A partir de 1907, músicos como Freddie Keppard, Kid Ory y King Oliver migraron hacia Chicago, Nueva York y California, impulsados por la búsqueda de mejores oportunidades laborales y por la influencia de periódicos como el Chicago Defender, que fomentaban la migración afroamericana (Gioia, 2011). La grabación de la ODJB en 1917, aunque realizada por músicos blancos, consolidó la etiqueta “jazz” en la industria fonográfica, abriendo la puerta a grabaciones de artistas negros en la década siguiente.

Por Marcelo Bettoni

El jazz de Nueva Orleans dejó una impronta estructural que influyó en todas las etapas posteriores del género:

El formato instrumental del front line como base de las small combos del swing temprano.

La improvisación colectiva como modelo de interacción comunitaria.

La síntesis rítmica entre pulsación binaria y swing feel.

La integración del blues como lenguaje expresivo central.

Como señala Gioia (2011), “la sonoridad de Nueva Orleans fue el resultado de un ecosistema musical donde la calle, el salón de baile y el desfile coexistían como fuentes legítimas de innovación” (p. 65).

Referencias

Charters, S. (1984). A Trumpet Around the Corner: The Story of New Orleans Jazz. University Press of Mississippi.

Gioia, T. (2011). The History of Jazz (2nd ed.). Oxford University Press.

Gushee, L. (2005). Pioneers of Jazz: The Story of the Creole Band. Oxford University Press.

Raeburn, B. B. (2011). New Orleans Style and the Writing of American Jazz History. University of Michigan Press.

Russell, W. (Ed.). (1971). Jazzmen. Harcourt, Brace & World.

2 respuestas

  1. Muy buena narración e imprescindible para dar a conocer la cocina del jazz Muy científico y con apreciaciones certeras Para celebrar 👏👏👏❤️

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