El Banjo Africano en América y su Huella en el Jazz
El banjo es un instrumento cuya
historia está profundamente ligada a la diáspora africana y a la evolución de
la música popular en América. Su impacto en el jazz temprano es innegable,
aunque con el tiempo haya sido desplazado por la guitarra. Sin embargo,
comprender su legado es fundamental para rastrear la influencia africana en la
música afroamericana y su desarrollo estilístico.
El banjo tiene sus orígenes en
África Occidental, donde existen numerosos instrumentos similares, como el akonting de los Jola (Senegal, Gambia
y Guinea-Bisáu), el ngoni de los
mandinga y el xalam de los
wolof. Estos instrumentos de cuerda, construidos con calabazas cubiertas con
piel de animal y mástiles largos, fueron traídos a América por los esclavizados
africanos, quienes los recrearon con los materiales disponibles.
Los primeros registros del banjo en
América datan del siglo XVII, principalmente en el Caribe y las colonias del
sur de Estados Unidos. En las plantaciones, los esclavizados adaptaron sus
tradiciones musicales, y el banjo se convirtió en un pilar de su expresión
cultural. Posteriormente, en el siglo XIX, el instrumento fue difundido a
través de los espectáculos de minstrelsy, lo que amplificó su expansión
en la música popular estadounidense.
A finales del siglo XIX y principios
del XX, el banjo encontró un lugar en las primeras bandas de jazz de Nueva
Orleans. Su sonido potente y percusivo le permitía destacarse en los formatos
callejeros, donde la amplificación no era una opción. En los conjuntos de Dixieland,
el banjo cumplía un rol rítmico esencial, proporcionando una base sólida para
los instrumentos de viento y la improvisación colectiva.
Figuras clave del jazz primitivo,
como Johnny St. Cyr (músico de Louis Armstrong y King Oliver), fueron
exponentes del banjo en el género. Su ejecución ofrecía una combinación de
armonía y percusión, algo esencial en la transición del ragtime al jazz.
A medida que la guitarra adquirió
mayor proyección sonora con la electrificación en la década de 1930, el banjo
perdió protagonismo en el jazz. Sin embargo, su influencia perdura en estilos
derivados, como el swing . En el jazz contemporáneo, músicos como Béla Fleck
han explorado las posibilidades del banjo en contextos más modernos y
experimentales, manteniendo vivo su legado.
El banjo no solo es un símbolo de la
resiliencia cultural africana en América, sino que también desempeñó un papel
crucial en la evolución del jazz temprano. Aunque hoy en día su presencia en el
género es menos prominente, su historia es un testimonio del mestizaje musical y
la riqueza de las tradiciones afroamericanas. Comprender su influencia es
esencial para valorar la diversidad de sonidos que dieron forma al jazz tal
como lo conocemos hoy.
Por Marcelo Bettoni