El tema “E.S.P.”, compuesto por Wayne Shorter e incluido como apertura y título del álbum de 1965 del Second Great Quintet de Miles Davis, es una de las composiciones más influyentes del jazz moderno. Representa el inicio de una nueva etapa para Davis y su grupo —con Shorter, Herbie Hancock, Ron Carter y Tony Williams— marcada por una ruptura con las estructuras tradicionales y una búsqueda sonora más abstracta y abierta (Waters 2011, 109).

Formalmente, “E.S.P.” mantiene una estructura AA’ de 20 compases, pero lo más innovador está en su construcción interna. La melodía se basa en un motivo de tres notas dispuestas en cuartas justas (C–G–D), que se convierte en el eje intervalar de toda la pieza (Strunk 2005, 306). Este motivo se desarrolla de manera sistemática a través de distintas combinaciones interválicas (cuartas puras, sumas de terceras y segundas, e incluso cuartas aumentadas), formando una especie de perpetuum mobile melódico (Michaelsen 2018, 144).

Aunque la pieza es frecuentemente asociada a la tonalidad de Fa mayor, algunos analistas (como Waters y Strunk) la describen como tonalmente ambigua. Michaelsen plantea que la presencia insistente de acordes como E7(alt) y el foco melódico en la nota G generan una sensación de centrado modal, más que de tonalidad funcional (Michaelsen 2018, 148). La melodía evoca simultáneamente elementos de Re menor, modo dórico y modo lidio, reforzando esta ambigüedad (Waters 2011, 112).

Desde el punto de vista armónico, Shorter articula una propuesta innovadora: las progresiones de acordes se alejan de las funciones tonales tradicionales y, en cambio, operan como colores sonoros o regiones contrastantes. El uso de acordes como F/E♭ o la relación entre E7(alt) y FMaj7 introduce resoluciones no convencionales, aunque dentro de una lógica coherente que sugiere una tonalidad general subyacente (Waters 2011, 113–114).

Un elemento distintivo del Second Quintet que se manifiesta con fuerza en “E.S.P.” es la interacción entre la melodía y la sección rítmica. Lejos de acompañar pasivamente, el piano de Herbie Hancock y el contrabajo de Ron Carter dialogan activamente con el solista, mientras que la batería de Tony Williams despliega una concepción libre del tiempo, con desplazamientos métricos, acentos cruzados y una intensa interacción tímbrica (Gioia 2011, 313; Chinen 2018, 63).

Como señala Ted Gioia, este quinteto “avanzó hacia una nueva lógica de grupo, donde cada instrumento podía ser solista, contrapunto o textura” (Gioia 2011, 314). En este contexto, “E.S.P.” funciona no solo como una composición, sino como una plataforma para la exploración colectiva, donde la forma está al servicio de la libertad improvisatoria.

Además, el álbum E.S.P. marcó un hito en la relación entre composición e improvisación en el jazz moderno. Por primera vez en la carrera de Davis, la mayoría del repertorio fue compuesto por sus músicos (principalmente Shorter), estableciendo una dinámica más democrática dentro del grupo y abriendo el camino para futuras exploraciones en el terreno del post-bop, el jazz modal avanzado y el jazz libre estructurado (Tirro 1993, 343; Gioia 2011, 312).

Fuentes citadas

Chinen, Nate. Playing Changes: Jazz for the New Century. Pantheon, 2018.

Gioia, Ted. The History of Jazz. 2nd ed. Oxford University Press, 2011.

Michaelsen, Jens. “Wayne Shorter’s Compositional Language in ‘E.S.P.’.” Music Theory Online, vol. 24, no. 2, 2018.

Strunk, Steven. “Wayne Shorter’s Early Compositions.” In Keith Waters, ed. Jazz Styles and Analysis: Blue Note Records. University of Michigan Press, 2005.

Tirro, Frank. Jazz: A History. W.W. Norton & Company, 1993.

Waters, Keith. The Studio Recordings of the Miles Davis Quintet, 1965–68. Oxford University Press, 2011.

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