El jazz, junto con el blues, es uno de los pilares fundamentales de la música popular moderna. Sin embargo, pocas veces se reconoce que una importante influencia mexicana ayudó a moldear sus primeras expresiones, en un momento clave de la historia musical de Estados Unidos.

En 1884, durante la Exposición Mundial de la Industria y el Algodón (World Industrial and Cotton Centennial Exposition) celebrada en Nueva Orleans, el gobierno mexicano, bajo la presidencia de Porfirio Díaz, envió a la Banda del 8º Regimiento de Caballería, compuesta por cerca de 76 músicos dirigidos por Encarnación Payén, para representar a México en el evento. Esta decisión, con fines diplomáticos y culturales, tuvo un impacto duradero en la música estadounidense, especialmente en el jazz naciente.

La banda interpretó un repertorio diverso que incluía marchas militares, habaneras, danzas populares y piezas tradicionales mexicanas. Su música llamó la atención de la comunidad local, llegando a ser publicada en partituras por editoriales de Nueva Orleans y escuchada por músicos de la ciudad que estaban en plena búsqueda de nuevos sonidos y estilos.

Varios músicos mexicanos decidieron quedarse en Nueva Orleans tras la exposición, entre ellos Lorenzo Tio Sr., clarinetista de que tuvo un papel fundamental en la enseñanza del clarinete a futuras leyendas del jazz, como Sidney Bechet y Barney Bigard. Su hijo, Lorenzo Tio Jr., continuó esta influencia, consolidando la presencia del clarinete en el jazz tradicional.

Además, figuras como Alcide Nunez y Luis Florencio Ramos, también de ascendencia mexicana, fueron miembros activos en las primeras bandas de jazz de Nueva Orleans. Alcide Nunez fue uno de los clarinetistas originales de la Original Dixieland Jazz Band, grupo pionero que realizó las primeras grabaciones de jazz comercial en 1917.

La importancia de esta influencia mexicana se refleja en las declaraciones de Jelly Roll Morton, uno de los primeros compositores y pianistas de jazz, quien reconoció la esencial contribución de los ritmos latinos, caribeños y mexicanos para la formación del jazz. Algunos historiadores incluso sugieren que la palabra “jazz” podría tener vínculos etimológicos con términos como “jass” o “jarabe”, el tradicional género musical mexicano.

El musicólogo Richard Landry describió la actuación de la Banda del 8º Regimiento como un desfile sonoro que marcó profundamente a los músicos de Nueva Orleans. Fue una de las primeras ocasiones en que los instrumentos de viento metálico y las técnicas mexicanas se integraron al emergente lenguaje jazzístico.

En síntesis, la participación de México en la Exposición Mundial de 1884 no solo representó un intercambio cultural sino que sentó las bases para la integración de elementos musicales clave en el nacimiento del jazz, contribuyendo a lo que hoy reconocemos como una de las primeras formas de arte genuinamente estadounidenses.

Para quienes deseen profundizar en esta fascinante conexión entre México y el jazz, la investigación detallada y los relatos ampliados están disponibles en mi libro Las Rutas del Jazz, donde se exploran no solo estos orígenes sino también las múltiples influencias que dieron forma a este género musical en su dimensión social, histórica y estética.

Por Marcelo Bettoni

Fuentes

Peretti, B. W. (1992). The Creation of Jazz: Music, Race, and Culture in Urban America. University of Illinois Press.

Raeburn, B. (2009). New Orleans Style and the Writing of American Jazz History. University of Michigan Press.

Shipton, A. (2007). A New History of Jazz. Continuum.

Gioia, T. (2011). The History of Jazz. Oxford University Press.

Santoro, G. (2000). Myself When I Am Real: The Life and Music of Charles Mingus. Oxford University Press.

Artículos especializados:

Landry, R. (Año). La Banda del 8º Regimiento y la influencia mexicana en Nueva Orleans. Revista de Estudios Musicales Latinoamericanos.

Morton, J. R. (1938). Jelly Roll Morton’s Library of Congress Interviews..)

10 respuestas

  1. Alberto Gutiérrez Jazzóologo
    Marcelo, qué bien leer tu nota. Como mexicano, me emociona ver reconocida esta raíz tan olvidada en la historia del jazz. De hecho, historiadores como Richard Landry y fuentes como la Revista de la Universidad Veracruzana y Cultura Colectiva han documentado cómo la Banda del 8.º Regimiento de Caballería, dirigida por Encarnación Payán, impactó directamente en los músicos de Nueva Orleans tras su participación en la Expo de 1884.
    Clarinetistas como Lorenzo Tío Sr. y su hijo Lorenzo Tío Jr. fueron piezas clave para integrar ese sonido al jazz tradicional (Wikipedia), mientras que nombres como Alcide Núñez y Luis Florencio Ramos quedaron registrados como miembros fundadores de las primeras bandas de jazz.
    El mismo Jelly Roll Morton decía que el jazz no podía existir sin el Spanish tinge, y muchos musicólogos amplían el concepto al Mexican tinge, refiriéndose a esta influencia directa de ritmos como el jarabe y la habanera (Academia.edu).
    Gracias por abrir esta ventana al pasado con tanta claridad. Tu libro Las Rutas del Jazz ya es lectura obligada. Esta historia también nos pertenece.

    1. Querido Alberto:
      Es para mí una enorme alegría y un honor recibir tu mensaje. Tus aportes enriquecen de manera profunda el diálogo que intento fomentar desde Las Rutas del Jazz, y me conmueve especialmente que, como mexicano y conocedor, reconozcas la importancia de visibilizar esta raíz tan determinante y a la vez tan olvidada en la historiografía del jazz.
      Sin duda, el impacto de la Banda del 8.º Regimiento de Caballería en la Exposición Mundial de Nueva Orleans en 1884 representa un verdadero punto de inflexión histórico. La figura de Encarnación Payán, así como los vínculos que se establecieron con músicos locales como Lorenzo Tío —padre e hijo—, quienes fueron fundamentales para la evolución del clarinete en el jazz, merecen sin duda mucho mayor reconocimiento. Celebro además que menciones a Alcide Núñez y a Luis Florencio Ramos, nombres que lamentablemente suelen quedar relegados en las narrativas más difundidas.

      Comparto plenamente la idea de trascender el concepto de “Spanish tinge” acuñado por Jelly Roll Morton hacia un genuino Mexican tinge, capaz de reflejar la riqueza rítmica y cultural del jarabe, la habanera y otras formas mestizas que, a través del intercambio por tierra y mar, llegaron a Nueva Orleans. Las fuentes que mencionas —Landry, la Universidad Veracruzana, Cultura Colectiva y Academia.edu— son sin duda pilares fundamentales para seguir profundizando esta historia compartida.

      Te agradezco sinceramente tu lectura generosa y el aporte de conocimiento y memoria a esta ruta que también es tuya.

      Un abrazo fraterno y jazzístico,
      Marcelo Bettoni

    1. hola Muhas gracias por tomarte el tuempo en responder estoy tratando de contactarme con una empresa editorial que realiza envios fuera de Argentina .Lo publico en facebbok por si estas interesado saludos

  2. Hay errores históricos en el artículo, en primer lugar, no eran cien músicos sino 60, y era Encarnación Payen, no Payan, el director. Si le interesa, busque mi obra sobre las bandas militares mexicanas. Saludos.

    1. Hola Alejandro gracias por el aporte Payan fue un error de tipeo el otro de la funte donde tome la informacion . Ya reparo el dato

  3. excelente nota! Hablo de esto frecuentemente en mi program de radio. “Jazz de México.’ en KRTU San Antonio TX. Saludos y mucho éxito!

    1. Hola Jorge Jorge muchas gracias por tus palabras y si es de tu interes y puedo aportar a tu programa algun punto de jazz avisame sin compromiso.saludos

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