Resistencia y Esperanza: I, Too de Langston Hughes y su
Parentesco con el Jazz
El poema I, Too de Langston Hughes, escrito en
1926, es un manifiesto de resistencia y orgullo dentro del Renacimiento de
Harlem, un movimiento cultural que floreció en la década de 1920 y que dio voz
a los artistas, escritores y músicos afroamericanos en un Estados Unidos aún
marcado por la segregación racial.
Este período coincidió con la explosión del jazz y el
blues, géneros que emergieron como expresiones de la comunidad negra y que
reflejaban tanto su sufrimiento como su resiliencia. Figuras como Duke Ellington,
Louis Armstrong y Bessie Smith llevaron estos sonidos a la gran audiencia,
rompiendo barreras raciales en la música, de manera similar a como Hughes
buscaba hacerlo en la literatura.
Desde el punto de vista social, el poema denuncia la
discriminación y la segregación impuestas por las leyes de Jim Crow, que
marginaban a la población negra en la vida cotidiana estadounidense. Sin
embargo, más que una queja, I, Too es una declaración de esperanza y
determinación: el hablante poético sabe que, con el tiempo, su dignidad será
reconocida y su presencia en la sociedad será innegable.
Esta misma afirmación de identidad se reflejó en la
música de la época. Canciones como Black and Blue de Fats Waller y la
interpretación de Strange Fruit por Billie Holiday exponían las
injusticias raciales, mientras que el jazz servía como un espacio de libertad y
autoafirmación para los músicos afroamericanos.
El poema de Hughes, entonces, no solo es un grito de
protesta literaria, sino también un eco de la lucha de los artistas negros en
la música y la cultura estadounidense. Su mensaje sigue vigente en el jazz y en
movimientos contemporáneos que buscan justicia e igualdad a través del arte.
Langston Hughes (1902-1967) tuvo una relación profunda
con el jazz, tanto en su vida como en su obra literaria. Fue una de las figuras
más destacadas del Harlem Renaissance y uno de los primeros escritores en
incorporar la estética del jazz y el blues en la poesía.
- Influencia rítmica y estilística Hughes
estructuró muchos de sus poemas imitando el ritmo sincopado del jazz y la
repetición característica del blues. Obras como The Weary Blues
(1926) están construidas con cadencias y patrones rítmos similares a los
de la música afroamericana. - Temas del jazz en su poesía El jazz no solo fue una influencia estilística,
sino también temática en su obra. Hughes retrató la vida de los músicos de
jazz y el ambiente de los clubes nocturnos de Harlem. Sus poemas celebran
la música negra como una forma de resistencia y expresión de la identidad
afroamericana. - Colaboraciones con músicos Hughes trabajó directamente con músicos de jazz en
proyectos interdisciplinarios. En la década de 1950, colaboró con el
pianista y compositor Charles Mingus en el álbum The Weary Blues, donde
recitaba su poesía acompañado de música de jazz. También participó en
eventos en los que sus poemas eran interpretados con acompañamiento
jazzístico. - El “jazz poetry” y su legado Hughes es
considerado uno de los precursores de la jazz poetry, un estilo de
poesía que se recita con ritmos y estructuras inspiradas en el jazz, y que
más tarde influenció a la generación beat y al spoken word.
Con su voz poética, Langston Hughes se convirtió en un
puente entre la literatura y el jazz, elevando ambas expresiones artísticas
como herramientas de lucha y afirmación cultural. Su obra sigue resonando hoy,
recordándonos que la música y la poesía pueden ser poderosos agentes de cambio.
I, Too
By Langston Hughes
I, too, sing
America.
I am the darker brother.
They send me to eat in the kitchen
When company comes,
But I laugh,
And eat well,
And grow strong.
Tomorrow, I’ll be at the table
When company comes.
Nobody’ll dare
Say to me, “Eat in the kitchen,”
Then.
Besides,
They’ll see how beautiful I am
And be ashamed—
I, too, am America.
Yo también
Por Langston Hughes
Yo también canto América.
Soy el hermano más oscuro.
Me envían a comer a la cocina
Cuando llega visita,
Pero me río,
Como bien
Y crezco fuerte.
Mañana,
Estaré en la mesa
Cuando llegue la visita.
Nadie se atreverá
A decirme:
“Come en la cocina”
Entonces.
Además,
Verán lo hermoso que soy
Y sentirán vergüenza—
Yo también soy América.